La directora apareció de la nada, y me llamó para poder hablar a solas.
- Alyssa...
- Por favor, llámeme Lyssa.- odiaba que la gente me llamara por mi verdadero nombre.
- Lyssa.- corrigió.- He de informarte que tus padres traerán a tu hermano para que cuide de ti durante un largo periodo de tiempo.- alcé las cejas. Me sorprende que mis padre vayan a hacer algo parecido. Es decir, a ellos nunca les a importado mi seguridad ni mi casi vida.- Creo que se ha empezado a comportar como un completo idiota, según tengo entendido.- ¡Ah! Así que era eso.
- Muy bien. ¿Y yo qué tengo que ver con todo esto?- pregunté con un suspiro astiado.
- Ellos han querido que les recibas tú. Así podrán preguntarte qué tal estás y cosas por el estilo. Están a punto de llegar.
- Vale. Iré. Si eso era todo, me voy a recibirles.
Me fui antes de que dijera algo más. Mis padres eran unos completos imbéciles. ¿Desde cúando querían saber algo de su "hija demonio"? No lo entendía.
En la entrada apareció una limusina de la cual salió mi familia, con trajes de gala. Había una gran diferencia entre ellos y yo. Cualquiera que se enterara de que éramos hermanos no se lo creería. Yo, con unos pantalones vaqueros gastados y rotos y una sudadera rosa que ponía I Love NY con letras negras; y ellos, con sus trajes de Channel y Dolce, y sus peinados bien hechos. Había un gran eslavón entre mi familia y yo.
Ellos, al verme, se sorprendieron, aunque fingieron una sonrisa falsa.
- Lyss, querida. ¿Qué tal estás?- preguntó con su fingida voz de madre alegre.
- Bien. ¿Qué hacéis aquí?- pregunté secamente.
- ¡Oh! Querida. No sabes cuánto sentimos no haberte visitado antes... pero tu hermano... bue..
- No siguas, mamá.- la espeté yo, aunque aún dudaba de su trabajo como madre.- Sé a qué habéis venido. Mi pregunta es ¿por qué queríais que yo estuviera aquí y ahora?
De la limusina salió mi hermano Nick. Su pelo ahora estaba liso y un poco más largo que antes, además de enredado. Me saludó con la mano y me abrazó, y al oído me dijo:
- Espero que el demonio venga pronto y te mate, hermanita.
- Tranquilo, Nick. Si viene me encargaré yo de que te mate conmigo.- repuse entre dientes. Mi hermano siempre taaan agradable.
Nos separamos, y antes de que mis padres dijeran algo, me fui andando hacia el campo del internado.
Mi padre me siguió. Cuando al fin paré para que me dijera lo que me tenía que decir lo antes posible, él me abrazó. Me tensé inmediatamente.
- Lyss... lo siento. Sé que es muy difícil estar en tu situación, y más ahora que tienes 16 años... pero espero que nos comprendas también a tu m...
- ¿Comprender?- me deshice de su abrazo.- Por supuesto papá que os comprendo. ¿Pero acaso lo hacéis vosotros? Poneos en mi lugar durante un solo segundo. ¿Qué haríais si un demonio os buscara como loco para mataros? Dime- me estaba empezando a desesperar.- ¿Qué narices haríais?
- Yo... no lo sé Lyss. Siento muchísimo lo que hemos hecho. No nos hemos comportado como unos verdaderos padres...
- Eso tenlo por seguro.- me marché dejándole con la palabra en la boca.
Caminé por los pequeños jardines meditando y defunfuñando acerca de mis padres. Estuve andando sin rumbo durante aproximadamente media hora, hasta que oí un crujir de ramas detrás mía. ¿Quién sería? Casi nadie sabe de este lugar... es como un escondite personal, más o menos...