Trigonometría a primer hora... Por si el día no empezaba bien, así lo rematábamos. El profesor se encontraba ya dentro del aula cuando entramos Taylor y yo.
- Señor Williams, señortia Morgan, me alegro que hayan decidido finalmente venir.- comentó, mientras unas risitas se producían en la habitación. Esto pareció complacer al profesor Moone, quien, con una sonrisa, comenzó a dar clase. No me hacía falta atender. Me sabía todo lo que decía de memoria. No sé por qué, la verdad. Odiaba esa materia pero sacaba dieces; sin embargo, Taylor no tenía la misma suerte. Al pobre no se le daban bien la trigonometría.
- Lyss...- me susurró por lo bajo cuando el profesor no se daba cuenta.- ¿Qué tienes en el último ejercicio?
Miré mi archivador. Unas hojas sueltas con diferentes símbolos matemáticos y... el último ejercicio era de teoría, más o menos.
- La x es cero.- contesté. Él miró a su hoja, y a continuación a mí con el ceño fruncido.
- ¿Por qué? Yo tengo que es igual a 3 y la y=0.- dijo confundido.
- Porque la P se encuentra en el eje Y, y por tanto, la x vale 0. Si se encontrara en el eje x, sería la Y la que valdría 0.- siguió mirándome sin entender, mientras yo me encogía de hombros.- A ver... Lo que tienes que hacer es m...
- Señorita Morgan - me llamó el profesor, mientras yo giraba de mi cabeza para pasar a ver la mirada furibunda que tenía el profesor Moone-, ¿Ocurre algo?
- No.
- ¿Entonces por qué en vez de atender en mi clase se dedica a mantener charlas demasiado interesantes con sus compañeros? ¿Es que acaso ya sabe hacer lo que estamos dando?- estaba tentada a contestar que sí, pero en vez de eso prefería callarme.- Oh, claro- prosiguió, dándome su típico discurso de todos los días-, creo que ya comprendo todo. Y dado que usted, señorita, es tan inteligente y sabe todo acerca de las dudas de sus compañeros, resuelva este ejercicio.- le miré pensando: "¿Está usted bien de la cabeza?"- Vamos, no tenemos todo el tiempo del mundo para que estés sentadita mirando el tendido. Levántese.
Fui hacia la pizarra de mala gana, mientras él planteaba el problema a la clase. Me dio una tiza, y, sin ningún esfuerzo, comencé a escribir fórmulas geométricas. A-B/A+B= tg 1/2 (A-B) / tg 1/2 (A+B). Simple. La fórmula de la regla de la tangente.
- Los lados miden 12 y 15 cm, y el ángulo 45º.- contesté, tras resolver el problema. El profesor me miró atónito.
- ¿Cómo... cómo lo has conseguido tan rápido?- preguntó.- Te debería haber llevado más tiempo...- balbuceaba.
- ¿Puedo sentarme ya?- pregunté. Él tan solo asintió, mientras ojeaba una libreta que tenía cerca con los resultados.
Todos me miraban impresionados, y Taylor, nada más sentarme me dijo:
- ¿En serio cómo lo has hecho? ¡Era un problema dificilísimo! Casi ni siquiera el profesor lo sabía. Mírale.- lo hice. Él estaba pasándose las manos por el pelo con nerviosismo, mientras inspeccionaba rápidamente un libro extraño. No lo había visto antes.
- No sé cómo lo he hecho, ¿vale? Simplemente sabía que esas eran las fórmulas correctas y que daba como resultados esos números.
- Madre mía... ¡¡Es alucinante!!- murmuraba con alegría.- Tengo un cerebrito como amiga.
- Ehhh.- repliqué indignada.- No soy un cerebrito.
- En serio, debes de enseñarme...
Sonó el timbre, cosa que, por primera vez en mi vida, me alegré de oír en estos instantes. La siguiente clase era natación. Odiaba nadar... primero, y más importante, porque no sabía. No había tenido unos padres demasiados mimosos conmigo, ni tan siquiera me habían enseñado a hablar, ni a nadar... Por lo que a lo único que me limitaba en la clase de natación era a ponerme en un rincón e intentar que no me descubrieran, lo que colaba la mayoría de las veces. Otras, me inventaba excusas como que no había traído bañador, me dolía la muñeca...
Me puse el bañador, el cual era en tonos azulados, y con un grabado del nombre del colegio en el tirante derecho. Únicamente ponían las letras AM, que significaban After Midnight. Este nombre tenía una explicación, por supuesto. Los albañiles de este internado se tiraron construyendo este edificio 3 años sin parar, ya que antes no se tenían los mismos recursos que ahora, y, cuando acabaron, lo celebraron con una fiesta a la medianoche. Y de ahí el nombre After Midnight.
Me encontré con Taylor dentro de la piscina. Había mucha más gente deseosa de darse un baño, por lo que me fui a un rincón y me senté en unas sillas que había allí.
Un profesor entró y nos anunció algo:
- Chicos, hoy el profesor de natación no ha podido venir, por lo que dedicaréis esta hora a tiempo libre. Vamos, podéis bañaros si queréis.
Todos comenzaron a tirarse en bomba y placha a la piscina muy contentos, mientras yo simplemente les miraba.
Pasó un buen rato hasta que unos chicos de la pandilla de los "populares" se acercaron a mí. Les ignoré.
- ¿Por qué nunca te metes en el agua, niña? ¿Es que acaso la tienes miedo?- dijo uno... Clarck, creo.
- Eso no es asunto tuyo, idiota.- repliqué yo con indiferencia.
- ¿Que no?- repuso él.- Eso ya lo veremos...- les dedicó unas miradas bastante significativas a los demás integrantes del grupo, y un chico... Matt, gritó:
- Cogedla.- entre todos, no sé como se apañaron, me agarraron de las manos y de los pies, e, intencionadamente, me fueron a tirar a la piscina. Intenté buscar a Taylor, y cuando lo vi, estaba corriendo hacia nosotros con preocupación.
- Dejadla. Parad de una vez.- exclamó él, mientras yo pegaba patadas al aire con desesperación.
- Eh, chicos - dijo Matt a los otros cinco que me tenían en brazos-, veamos cómo nada Lyss.
- Sí, sí...
- ¡Por favor, parad!- rogué, viendo como sus manos se iban separando de mi piel, y como iba cayendo al agua helada.
El contacto del agua con mi piel me puso los pelos de punta. Movía las manos debajo del agua intentando salir a la superficie, pero mis intentos no funcionaban. Finalmente desistí. Total, ¿qué más daba? Si no moría aquí, lo harían cuando el demonio me encontrara.
Lo último que vi fueron unas burbujas en el interior del agua y una silueta cogiéndome como un bebé.