...

jueves, 20 de mayo de 2010

Capítulo 3

Una figura se abalanzó sobre mí, cayendo al suelo los dos juntos. Cerré los ojos con fuerza intentando que no me doliera el golpe.

Cuando caímos al suelo pude verlo mejor... Era un chico rubio de ojos verdes pálido. Me miraba sorprendido. Pasaron unos minutos hasta que al final decidí romper el hielo hablando, porque me estaba destrozando los brazos...

- Estoo... ¿Me dejas levantarme?- pregunté. Él se apartó rápidamente, como si se hubiera quemado. Me tendió la mano, ayudándome a ponerme de pie. Al cogérsela sentí una corriente eléctrica, no sé si el lo sintió también.

- Demon.- se presentó.

- Lyss.

- Encantado de conocerte, Lyss. Es un nombre bastante extraño, ¿no?- preguntó con un brillo de curiosidad en sus hermosos ojos.

- Sí... Ya yo no lo elegí. Aunque bueno, Demon no es un nombre que muchas personas tengan.- admití.

- Cierto. Es una tradición de mi familia. Mis antepasados se apellidaban Demoninthe, y, como tradición, me eligieron a mí para representarlos.

- Vaya...- comenté admirada.- Suena antiguo... y extraño. Aunque bueno... si yo te contara las tradiciones de mi familia...

- ¿Me sorprendería demasiado?- inquirió él con una sonrisa tentadora.- Prueba a ver.

- Este no es el mejor momento para hablar de ello.- comenté con nerviosismo.

- ¡¡Lys!!- gritó Taylor a mis espaldas. Me giré mientras él corría como loco hacia aquí.- Oh, lo siento. Os he interrumpido.

- Tranquilo, no pasa nada.- contesté yo.- Taylor, él es Demon; Demon, él es Taylor.- los presenté.

- Encantado.- dijeron al unísono.

- Bueno... Sólo venía a decirte, Lyss, que tu hermano ha empezado una pelea con un chico... ehh... Jason... creo.- meditó al final. Bufé mientras ponía los ojos en blanco.

- ¿Su primer día y ya nos está causando problemas? ¡Madre mía!- exclamé con indignación.

- ¿Tienes hermanos?- preguntó Demon. Asentí.

- Por mala suerte... - se me escapó.- Oye, siento no quedarme más tiempo charlando contigo, Demon, pero es que... bueno, ya sabes, lo de mi hermano. Tengo que ir.

- Te acompaño si quieres.- me propuso.

- No, no hace falta. Mi hermano a veces puede ser muy...- intenté buscar la palabra correcta.- Irritante. Nos vemos.

Me marché junto a Taylor mientras él me guiaba hacia el lugar donde se encontraba Nicholas, mi hermano. Siempre había odiado que la gente le llamara por su nombre, al igual que a mí, pero al menos su nombre es algo más común en los Estados Unidos que el mío.

Le encontré sentado mirando al tal Jason con una cara cuya expresión delataba sus intenciones... Sí, deseaba pegar a ese tío con todas sus ganas. Soy su hermana, y a pesar de que intente disimularlo, le conozco demasiado bien, tanto, que a veces hasta me entra la risa. Él me dedicó una mirada de "Me importa un comino que estés aquí y ahora".

- Nick...- comencé. Las conversaciones con mi hermano nunca habían sobrepasado el "Hola" "¿Qué tal?" "Bien", por lo que esta situación no resultaba nada fácil para mí.

- ¿Qué narices quieres, Alyssa?- me entró un escalofrío. Odiaba ese nombre. Lo odiaba con todas mis fuerzas, y encima él me lo repetía cada cinco minutos.- ¿Ver como está tu hermanito mayor? ¿Saber si le ha pateado la cabeza a algún imbécil?- dijo con un tono irónico, y se le escapó una risita.

- No. Aunque habría deseado que por tan solo una vez hubieras sido tú a quién le hubieran pateado el culo.- reproché mirándole a los ojos enfadada. Su primer día y ya estaba armando alboroto... ¡¡Era increíble!! Él se levantó de un brinco y me clavó sus manos en mi piel blancucha.

- Que te quede claro: Nadie, jamás, va a patearme el culo.- repuso entre dientes con una mirada enrabietada. A continuación sonrió como si disfrutara viendo a un pollo ser despellejado.- Sin embargo, a ti pronto te darán una buena tunda... Al parecer, el demonio les mandó otra nota a nuestros "papis" diciéndoles que ya sabía dónde te encontrabas... Espero que no le pilles de malas, hermanita, o puede que la única que salgas perdiendo en este juego seas tú, y únicamente tú.- me dio un golpecito en la nariz con su dedo índice.

- No tienes - repliqué yo furibunda, y entre susurros- ni la más remota idea de lo que es estar en mi lugar... ¡¡¿¿Cómo te sentirías tú, imbécil??!! ¿¿¡¡Me dices cómo te sentirías!!?? Das asco. Y encima opinas sobre mi vida como si a ti te hubiera pasado lo mismo. Pues déjame decirte algo, don soy-el-mejor-en-todo-y-nadie-me-supera... - seguí, intentando calmarme-, tú no sabes nada acerca de mi vida...

Me fui hacia donde se encontraba Taylor, no sin antes fijarme en la mirada de sorpresa que se le quedó a Nick.

Voilà. Le econtré. Estaba sentado en la biblioteca jugando a los videojuegos que había en los ordenadores. En cuanto me vio, dejó lo que estaba haciendo.

- ¿Qué pasa, Lyss?- preguntó con preocupación.

- Me ha encontrado.- dije entre sollozos.- Ha dicho Nick que me ha encontrado...- me abalancé sobre él, abrazándolo, mientras el me consolaba:

- Es imposible. Estamos en la otra parte del mundo. Es Tacoma, es imposible. El mundo es sumamente grande, es imposible que en menos de dos minutos te dé por encontrada.

- Pero lo ha dicho... Nick ha dicho que enviaron un mensaje a mis padres diciendo que ya lo habían hecho... ¡¡Tú me dijiste que no me encontrarían jamás!!- intenté pegarle con los puños en sus pectorales, pero no tenía fuerzas suficientes. Me cansaba solo de llorar.

- Lyss... No te preocupes. Yo te protegeré.

- ¿Cómo?- insté.- Él... él tiene fuerza y poder.... y-y-y... te podría derrotar con solo mirarte...

- ¿Menuda confianza depositas en mí, ehhh?- dijo, haciéndose el gracioso. Sabía que lo hacía para que me calmara y dejara de llorar, pero las lágrimas salían solas de mis ojos.

- No es eso... Simplemente tengo miedo...

Sonó un timbre. Esto quería decir que ahora mismo comenzaban las clases del día de hoy. Fantástico... Un demonio persiguiéndome y yo tenía que continuar como si nada pasase. Aunque bueno... No es que mucha gente se fijara en mi manera de ser... Ni en mí. Simplemente era la chica morena y flaqucha que habitaba en el internado por razones desconocidas desde los cinco años, cuyos padres no visitaban nada más que para traer a su hermano.

El día de hoy iba a ser muuuy difícil...


 



Siento muchísimo no haber escrito antes en este blog, pero entre el ajetreo de los exámenes del insti, y que debía escribir y continuar las historias en los otros, no he tenido nada de tiempo para este. Espero que os guste este capítulo... Comentad, no os olvidéis, plis.
Xoxo
Rose.Twi

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario